lunes, 28 de marzo de 2011

MUJER, DAME DE BEBER.

 DIÁLOGO LIBERADOR EN CLAVE DE GÉNERO

Juan 4

Maritze TRIGOS TORRES



 

Aquí estoy junto al pozo, memoria de la tradición judía,
Pozo en Samaria, que me ató como mujer por tantos años,
Pozo memoria y tradición de nuestros patriarcas, v.5
Pozo, ley de pureza que esclaviza y que margina,
Muchas leyes oficiales, excluyentes, patriarcales;
Una cultura que divide, judío-samaritanos, v.9
Los conflictos religiosos que separan y marginan!


Tengo sed, tengo sed mujer, dame de beber, v.7
Es la sed de un Dios humanado, pleno de gracia y del Espíritu,
Es la sed de un Mesías, con ansias de liberación,
Es la sed del Jesús, caminante, sudoroso y fatigado, v.6
Es cerca de medio día, con calor y luz del sol.
Acercarse junto al pozo, contemplando a la mujer:
Tengo sed, tengo sed mujer, dame de beber.


En Sicar es el encuentro, tierra del patriarca Jacob, v.5-6
De donde surgen signos nuevos y una nueva humanidad!
Cómo tu siendo judío, pides agua a mujer Samaritana? v.9
Es el punto del conflicto, que es preciso liberar.
Hoy se excluye y se margina, en los conflictos sociales,
Hoy muchos son rechazados en una cultura diversa!
Hoy las leyes son condena para pueblos y profetas.


Mujer, deja tu cántaro, necesito tu palabra,
Encuentro de identidades en un lugar prohibido!
Y en relación de equidad, la mujer desata la lengua:
Este pozo es muy profundo y tú careces de cántaro,
Acaso eres más poderoso que el patriarca Jacob? v.11-12
Y Jesús oye argumentos, y se acerca cada vez más…
Si conocieras a Dios, tú le pedirías el agua… v.10
Esta agua no sacia, la sed profunda del pueblo,
Yo te ofrezco una agua fresca, que transforma y plenifica, v.14
“anda a buscar tu marido”, llegó la hora de la gracia v.16
La conciencia se despierta, dueña de cinco maridos,
Hoy me ofrecen agua viva, el agua vivificante.
Y Jesús habló con ella de una alta teología,
“Yo sé que el Mesías llega, El nos enseñará todo” v.25


Y Jesús que reconoce la dignidad del ser humano,
Hizo resplandecer el rostro de una mujer rechazada,
Convirtiéndose toda ella, en espacio teologal!
Ese Mesías soy yo, el mismo que habla contigo. v.26
Y dónde debo yo adorar? Conflicto de conciencia y de cultura!
Ni en el templo Garizim, ni en Jerusalén tampoco,
Donde excluyen a pequeños, a mujeres y extranjeros,
Los verdaderos adoradores, son en espíritu y en verdad v.23
Estos son los adoradores, contemplativos de hoy!


La mujer dejó su cántaro, superando las barreras, v.28
Vengan a ver a un hombre que proclama la verdad,
Esa verdad encadenada en el mundo y en la historia,
Jesús la anuncia libre, contenida de esperanza.
Los hombres se dejan tocar y quieren ver a Jesús,
La Buena noticia ha llegado y la fe surge en el pueblo,
La barrera ya no existe, la salvación es para todos!


Compartiremos pozo nuevo, en relaciones de equidad,
Juntos y juntas bebemos, del agua que da el Espíritu,
Beberemos de la gracia, convertida en manantial,
Adoraremos al Padre es espíritu y en verdad.
Tu y yo seremos testigos de Jesús de Nazareth,
En ti mujer se revela el rostro de Dios justicia,
Chorros de agua viva, saltan en la humanidad.


Hoy he dejado mi cántaro que me ataba al pozo antiguo,
Hoy bebo en nuevo pozo, que reconstruye mi ser.
Hoy muchos hombres se atreven a beber del agua fresca,
Sentarse en el pozo nuevo, en relación de equidad.
Tengo sed, tengo sed mujer, dame de beber,
Y brota en mi ser masculino, la gracia vivificante,
Y brota en mi ser femenino, el Espíritu de amor.

 
Maritze Trigos
Bogotá, Colombia

1 comentario:

  1. Evangelio de San Juan, cáp. 4.

    1 Cuando Jesús se enteró de que había llegado a oídos de los fariseos que él hacía más discípulos y bautizaba más que Juan -
    2 aunque no era Jesús mismo el que bautizaba, sino sus discípulos -,
    3 abandonó Judea y volvió a Galilea.
    4 Tenía que pasar por Samaria.
    5 Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José.
    6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.
    7 Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: “Dame de beber.”
    8 Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana:
    9 “¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?” (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
    10 Jesús le respondió: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.”
    11 Le dice la mujer: “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?
    12 ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?”
    13 Jesús le respondió: “Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed;
    14 pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.”
    15 Le dice la mujer: “Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.”
    16 El le dice: “Vete, llama a tu marido y vuelve acá.”
    17 Respondió la mujer: “No tengo marido.” Jesús le dice: “Bien has dicho que no tienes marido,
    18 porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.”
    19 Le dice la mujer: “Señor, veo que eres un profeta.
    20 Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.”
    21 Jesús le dice: “Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
    22 Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
    23 Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.
    24 Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.”
    25 Le dice la mujer: “Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo.”
    26 Jesús le dice: “Yo soy, el que te está hablando.”
    27 En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: “¿Qué quieres?” o “¿Qué hablas con ella?”
    28 La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente:
    29 “Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?”

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