Lecturas
del domingo XIX del tiempo Ordinario 7
de agosto 2016
PRIMERA
LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA 18, 6-9
Con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti
Aquella noche les fue preanunciada a nuestros antepasados, para que. sabiendo con certeza en que promesas creían, tuvieran buen ánimo.
Tu pueblo esperaba la salvación de los justos y la perdición de los enemigos, pues con lo que castigaste a los adversarios nos glorificaste a nosotros, llamándonos a ti.
LECTURA DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA 18, 6-9
Con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti
Aquella noche les fue preanunciada a nuestros antepasados, para que. sabiendo con certeza en que promesas creían, tuvieran buen ánimo.
Tu pueblo esperaba la salvación de los justos y la perdición de los enemigos, pues con lo que castigaste a los adversarios nos glorificaste a nosotros, llamándonos a ti.
Los piadosos
hijos de los justos ofrecían sacrificios en secreto y, establecieron unánimes
esta ley divina: que los fieles compartirían los mismos bienes y peligros,
después de haber cantado las alabanzas de los antepasados.
Palabra de
Dios.
SALMO
RESPONSORIAL
Sal 32, 1 y
12. 18-19. 20 y 22 (R.: 12b)
R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Aclamad, justos, al Señor,
R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos;
dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.
Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.
dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.
Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.
SEGUNDA
LECTURA
LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS 11, 1-2. 8-19
Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a se
Hermanos:
La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve.
Por ella, son recordados los antiguos.
LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS 11, 1-2. 8-19
Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a se
Hermanos:
La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve.
Por ella, son recordados los antiguos.
Por fe,
obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en
heredad. Salió sin saber a dónde iba.
Por la fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas - y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa -mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por fe, también Sara, siendo estéril, obtuvo vigor para concebir cuando ya le había pasado la edad, porque considero fiel al que se lo prometía.
Y así, de un hombre , marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos- como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido las promesas, sino viéndolas y saludándolas de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo.
Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenia preparada una ciudad.
Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; ofreció a su hijo único, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «lsaac continuará tu descendencia.»
Por la fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas - y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa -mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por fe, también Sara, siendo estéril, obtuvo vigor para concebir cuando ya le había pasado la edad, porque considero fiel al que se lo prometía.
Y así, de un hombre , marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos- como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido las promesas, sino viéndolas y saludándolas de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo.
Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenia preparada una ciudad.
Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; ofreció a su hijo único, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «lsaac continuará tu descendencia.»
Pero Abrahán
pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar de entre los muertos, de donde
en cierto sentido recobró a Isaac.
Palabra de Dios.
Palabra de Dios.
ALELUYA
Mt 24, 42a y 44
Mt 24, 42a y 44
Estad en
vela y preparados, porque a la hora que menos pensáis viene el Hijo del hombre.
EVANGELIO
EVANGELIO
LECTURA DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 12, 32-48
Estad preparados
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Estad preparados
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended
vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro
inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla.
Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.
Tened ceñida
la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que
aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y acercándose, los irá sirviendo.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y acercándose, los irá sirviendo.
Y, si llega a
la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría no le dejaría abrir un boquete en casa.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo
vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo
del hombre.»
Pedro le
dijo:
- «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?»
- «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?»
Y el Señor
dijo:
- «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurados aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
- «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurados aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel
criado dijere para sus adentros: "Mi señor tarda en llegar", y
empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse,
vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo
castigará con vigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado
que, conociendo la voluntad de su señor no se prepara ni obra de acuerdo con su
voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo
digno de azotes, recibirá menos.
Al que mucho
se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le
pedirá. »
Palabra del Señor.
Palabra del Señor.
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