"Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos, que no quedaba sitio en la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados quedan perdonados". Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: "¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios?". Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: "¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge tu camilla y echa a andar"?. Pues para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...entonces le dijo al paralítico: "Contigo hablo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa". Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: "Nunca hemos visto una cosa igual".
COMENTARIO.-
El Evangelio de este domingo, nos narra que, a la casa donde Jesús se alojaba, se desplazaban muchas personas, para escuchar su palabra.
El texto de una manera exagerada, posiblemente para hacernos ver el fin del mensaje, nos narra que cuatro personas llevan a un paralítico, pero como no pueden entrar, abren un hueco por el tejado y deslizan al paralítico sobre Jesús. Lógicamente debemos de comprender que esta forma de proceder no es normal. Es curioso que el Evangelio termina diciendonos:"Nunca hemos visto una cosa igual". No sería lógico, que en un acontecimiento tan importante, se recoja el nombre del paralítico. El evangelista, nos narra también, que entre los que se acercaron a escuchar su palabra estaba también unos letrados.
Un domingo más nos encontramos, con los acontecimientos de las curaciones de Jesús. Si el domingo pasado era un leproso, este domingo es un paralítico. Con ello, una vez más, Marcos en sus textos evangelicos, nos quiere hacer llegar la gran preocupación de Jesús, y es que, su palabra, el anuncio del Reino de Dios en la tierra, el amor de Dios, llegue a todos los hombres de buena voluntad en este mundo. Lo importante, es que la palabra de Jesús, es para todos, incluso hasta para los impedidos, los excluidos. Y que esta debe de lleguar a todos, cueste lo que cueste, como palabra que cura al ser humano. La palabra de Jesús, es el camino que cura el odio, la envidia, la codicia, la injusticia que los seres humanos, creamos sobre nosotros mismo.
Un domingo más, el evangelio nos compromete, no solo a proclamar la palabra, si no a vivir la palabra. El evangelio de este domingo, nos puede llevar a completar mis escritos el jueves y el viernes pasados, sobre la nueva evangelización.
El próximo miércoles, Miércoles de Ceniza, comenzamos la CUARESMA. Aprovechemos este periodo liturgico, para la relfexión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario