jueves, 1 de marzo de 2012

COMENZAMOS EL TIEMPO DE CUARESMA. VOLVAMOS AL DESIERTO, COMO EL SEÑOR.


CUARESMA significa " cuarenta " y se aplica a los 40 días de intensa preparación, meditación y conversión para celebrar la fiesta de la PASCUA. Pues no se entiende la Cuaresma si no es en función de la PASCUA - culminación de nuestra fe -.

Hoy, Miércoles de Ceniza, cuando acudamos a la imposición de la ceniza se nos recordará:"CONVERTIOS Y CREED EN EL EVANGELIO". Convertirse significa " volver ", " cambiar ", " renovar ". Pero este proceso de cambio, debe de llegar a través de nuestra reflexión en estos días.

Según, se recoge en los evangelio, Juan el Bautista, tuvo la misión de "preparar los caminos del Señor" (Mc 1, 3; Is 40, 3).

El padre de Juan fue el sacerdote Zacarías (Lc 1, 5-23). Y su madre, Isabel, era de la familia de Aarón (Lc 1, 5), la más ilustre de las familias sacerdotales de Israel. El sacerdocio judío era hereditario, entonces lo lógico es que Juan, heredero de una familia sacerdotal por los cuatro costados, hubiera sido él también sacerdote, dedicado al culto religioso del Templo.

Sin embargo, Juan no se fue al templo a formarse como sacerdote, sino que se fue al desierto (Lc 1, 80). Y su misión nace y comienza desde el desierto, desde los caminos, desde los campos.

Quiero decir con todo esto, que los caminos del Señor, no se preparan desde el Templo y las ceremonias del Templo, sino desde la vida profética de un hombre que en la soledad del desierto, supo cambiar, renovar, meditar su fe.

Igualmente nos cuentan los Evangelios de Jesús. Jesús se retiro al desierto, para iniciar también, un cambio en su vida.

Esta debe de ser nuestra misión en Cuaresma, encontrar momentos de reflexión individual y comunitaria, que nos permitan dar un cambio en nuestra vida.

¿En qué hay que cambiar?. En actuar de manera, que seamos verdadero seguidores de Jesús, portadores de su Evangelio, para poder llevar a cabo la construcción del Reino de Dios en la Tierra.

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