Elección de puestos por los invitados
Lucas 14, 7-11
7 Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: 8 «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, 9 y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. 10 Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. 11 Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.»
Comentarios a la Parábola Elección de puestos por los invitados
Gunther Schiwy, "Iniciación al Nuevo Testamento", Ed. Sígueme, España, 1.969
Comentarios a Lc 14, 7-11
La parábola es (cf. Mt 13, 24A) aquí la situación del banquete mismo: Jesús toma ocasión de la conducta de los que buscan los primeros puestos (cf. Mc 2,15) para recordar el criterio y juicio de Dios (v.11). Aparentemente, se mantiene Jesús en el marco de las reglas de vida del Antiguo Testamento: « No hagas el grande delante del rey ni te sientes en el lugar de los magnates, porque mas vale que te digan: Sube más arriba, que no que seas humillado en presencia del principe» (Prov 25, 6-7). Sin embargo, ya aquí se transparenta la realidad religiosa a que se apunta: primeros y últimos en el banquete celeste (cf. Mt 23,11; Mc 10,31; Mt 8, 11-12). El versículo ha de leerse así en su última parte: siéntate en el último lugar (no calculando ganar el primero sino) para que cuando venga el que te ha convidado... Pero sólo puede «promovernos», si nuestra conducta es humildad no fingida. El humilde será abatido y levantado por Dios. Dios «ensalza a los humildes, y los abatidos son levantados a lugar seguro. El disipa las maquinaciones de los astutos para que sus manos no puedan cumplir su propósito. El prende a los sabios con las redes de ellos, y desvanece los designios de los consejeros intrigantes» (Job 5, 11-13).
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