
En el frondoso bosque que constituyen el Talmud y los midrasim las noticias sobre Jesús de Nazaret, un personaje tan relevante para la mayoría de los que están inmersos en la cultura de Occidente, son mínimos y obscuros. Los pocos datos de las fuentes judías sobre –para ellos - el impulsor del cristianismo son contradictorios, errados cronológicamente y, por supuesto, hostiles hacia Jesús y su movimiento. Por otro lado, sin embargo, son una confirmación indirecta de su existencia histórica y del crecimiento en número del grupo de discípulos agrupados en torno a su nombre nada más morir el personaje que los inspiró.
En el tratado Sanhedrin 43a se menciona a «Yeshú»: «Antes pregonó un heraldo. Por tanto, sólo (inmediatamente) antes, pero no más tiempo atrás. En efecto contra esto se enseña: "En la víspera de la pascua se colgó a Jesús". Cuarenta días antes había pregonado el heraldo: "Será apedreado, porque ha practicado la hechicería y ha seducido a Israel, haciéndole apostatar. El que tenga que decir algo en su defensa, venga y dígalo". Pero como no se alegó nada en su defensa, se le colgó en la víspera de la fiesta de la pascua».
«Muy probablemente el texto talmúdico se limita a reaccionar contra la tradición evangélica», considera John P. Meier en «Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico»
«Muy probablemente el texto talmúdico se limita a reaccionar contra la tradición evangélica», considera John P. Meier en «Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico»
No hay comentarios:
Publicar un comentario