viernes, 8 de septiembre de 2017

Lecturas del XXIII Domingo del Tiempo Ordinario 10 septiembre de 2017

PRIMERA LECTURA LECTURA DEL LIBRO DE EZEQUIEL 55, 10-11


Hijo de hombre, yo te he constituido a ti centinela del pueblo de Israel. Cuando te hable, les advertirás de mi parte. Si cuando yo diga al malvado: ¡Eres reo de muerte! tú no le adviertes para que deje su conducta, el malvado morirá por su maldad, pero yo te pediré cuentas de su muerte. Sin embargo, si tú adviertes al malvado acerca de su conducta para que se corrija, y él no se corrige, morirá él por su maldad, y tú habrás salvado la vida.

Palabra de Dios 


SALMO RESPONSORIAL Salmo 94, 1-2. 6-7. 8-9
R. OJALÁ ESCUCHÉIS HOY LA VOZ DEL SEÑOR: «NO ENDUREZCÁIS VUESTRO CORAZÓN»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R.

SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 13, 8-10
Hermanos:
A nadie le debáis nada, más que amor mutuo; porque el que ama ha cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás», y cualquiera de los otros mandamientos, se resume en esto: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». El amor no hace mal a su prójimo; por eso la plenitud de la ley es el amor.
Palabra de Dios.


ALELUYA 2 Cor 5, 19
Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.

EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 18, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la
comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
Palabra del Señor.

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