martes, 24 de mayo de 2011

Sionismo y Aliyá.


Theodor Herzl, considerado el padre del Estado JudíoLa primera gran ola de inmigración judía a Palestina, conocida como aliyá, se inició en 1881, como consecuencia de las persecuciones a que eran sometidos los judíos en Europa y las ideas de Moses Hess, un sionista-socialista que abogaba por la redención del territorio considerado como la patria hebrea. Los judíos compraban tierras a las autoridades otomanas y a los terratenientes árabes, surgiendo de esta forma los primeros asentamientos agrícolas. Es en esta época cuando pueden apreciarse las primeras tensiones entre árabes y judíos.

El surgimiento del sionismo, fundado por Theodor Herzl, dio lugar a la segunda Aliyá (1904-1914) en el curso de la cual emigraron a Israel unos 40.000 judíos. En 1909 un grupo de judíos rusos que llegaron después del fracaso de la revolución de 1905, fundaron Degania, el primer kibutz.

En 1917, el Ministro de Asuntos Exteriores británico, Arthur James Balfour, emitió una declaración en donde se promovía la idea del establecimiento de una patria en Palestina para el pueblo judío (la llamada Declaración Balfour). En 1920, Palestina fue adjudicada al Reino Unido para su administración como Mandato de la Sociedad de Naciones.

La tercera (1919-1923) y la cuarta ola (1924-1929) de inmigración judía se produjeron después de la Primera Guerra Mundial.

Entre 1916 y 1929, se sucedieron varios ataques por parte de los árabes contra las comunidades judías y cristianas residentes y contra los peregrinos de Tierra Santa. Los más importantes fueron los de 1920 y los de 1929 en Safed y Hebrón (véase Matanza de Hebrón). Ya antes de 1919 los cristianos habían sido acosados por los árabes, furiosos por la venta de terrenos de la parte cristiana de Jerusalén a compradores judíos.

En 1920 los ataques árabes se encontraron con la sorpresiva respuesta, no de los británicos que ignoraron las intenciones de los árabes de atacar a la comunidad judía, sino de los grupos de defensa judíos fundados por, entre otros, Ze'ev Jabotinsky. Fue en ese año cuando nació la Haganá.

Muchos de los ataques contra los judíos fueron promovidos por Amin al-Husayni. Al-Husayni, antisemita militante y principal líder palestino durante décadas, se convertiría años después en el principal aliado árabe del Tercer Reich.

El avance del nazismo en 1933 dio lugar a la Quinta Aliyá. Los judíos en Palestina incrementaron su población de un 11% en 1920 a un 30% en 1940 y eran propietarios del 6% del territorio del Mandato británico (incluyendo a la actual Jordania) en 1943.[33] El Holocausto, junto con la negativa de las potencias occidentales de abrir sus fronteras, ocasionó otra ola de inmigrantes a Palestina, elevando su número hasta los 600.000 habitantes judíos.

En 1939, los británicos abandonaron el compromiso de favorecer la creación de un Estado judío, así como la de la partición de Palestina, abogando por un único Estado en la región. Además, tomaron medidas para limitar la inmigración judía y restringieron la compra de tierras por parte de los judíos (véase Libro Blanco). Pese a ello, al estallar la Segunda Guerra Mundial los líderes sionistas apoyaron decididamente a Gran Bretaña. Los británicos, sin embargo, mantuvieron la prohibición de inmigración judía a Palestina durante toda la Segunda Guerra Mundial. Muchos judíos fueron interceptados y devueltos a la Europa dominada por los nazis, si bien un gran número pudo entrar de forma clandestina en el país.

Los refuseniksArtículo principal: refusenik
Durante la guerra fría, los judíos soviéticos fueron considerados con frecuencia como traidores y espías, con ese pretexto se practicó una vez más el antisemitismo oficial por parte de las autoridades soviéticas. Muchos judíos intentaron abandonar la URSS, pero muy pocos lograban el permiso correspondiente para emigrar. La sola solicitud del visado suponía un grave riesgo, pues conllevaba a menudo la pérdida de sus trabajos, la confiscación de sus bienes e incluso el ostracismo de toda la familia.[34] Con posterioridad a la guerra de 1967, la situación de los judíos a quienes se les rechazaba el visado, conocidos ya como refuseniks, se convirtió en un tema permanente de denuncia por parte de los grupos de derechos humanos occidentales. Algunos de ellos, como Natan Sharansky, fueron confinados en gulags durante varios años.

Con las políticas de glásnost y perestroika, ya en los últimos años de la Unión Soviética y una vez logrado el ansiado derecho de los refuseniks a emigrar, cientos de miles de judíos decidieron abandonar la URSS. Solo entre 1987 y 1991, más de medio millón de judíos salieron de la URSS, de los cuales 350.000 se dirigieron a Israel y 150.000 a los Estados Unidos.

Esta gran oleada migratoria (entre los setecientos mil y el millón de personas para una población total de seis millones de israelíes), que se extendió durante aproximadamente 10 años, influyó notablemente en el equilibrio demográfico y en el desarrollo económico de Israel, generando un salto positivo también gracias a la cantidad de nuevos inmigrantes con buen nivel académico en todas las ramas de la ciencia y la tecnología.

Hasta el día de hoy, siguen llegando a Israel inmigrantes y descendientes judíos de todo el mundo, a pesar de los últimos conflictos como la Segunda Guerra del Líbano; así, llegaron haciendo aliyá ese mismo año judíos de países como Estados Unidos y Francia gracias a la Ley del retorno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario