El Apocalipsis.
El
Apocalipsis fue escrito para mostrarles a los siervos de Dios lo que sucedería pronto.
Es decir, es una profecía referida al futuro cercano (1:1, 1:3, 1:19, 4:1,
22:6, 22:10) y también al futuro lejano, porque nos muestra el final de los
enemigos de Dios. Las palabras de la profecía estaban destinadas originalmente
a ser leídas en voz alta. Uno debería suponer que cualquiera con la madurez de
la vida cristiana y un buen conocimiento tanto del Antiguo Testamento como del
Nuevo Testamento, como ser un anciano, podría entender el libro cuando fue
escrito. Hay una bendición para la persona que lee en voz alta el libro a la
asamblea, así como para aquellos que escuchan y guardan lo que está escrito en
él porque el tiempo para que aquellas cosas escritas en él se cumplan está
cerca. El libro muestra la tribulación para los santos en la forma de
persecución y tribulación para el mundo en la forma de guerras, hambre, ataque
demoníaco, engaños, desastres y plagas de Dios advirtiendo a la humanidad que se
arrepienta. Sin duda el Señor tenía en mente un período de persecución bajo el
Imperio Romano que duraría hasta Constantino en 314 d.C. cuando le dio esta
profecía a Juan, pero Él también tenían en mente todos los períodos de
persecución que habría hasta el tiempo de Su retorno. Este es el último libro
en la Biblia y por lo tanto es Su última palabra a Su pueblo, advirtiéndonos
que seamos fieles hasta el fin cuando Él vuelva en gloria con sus santos
ángeles y haga entrar el reino y el reinado eterno de Dios. Este libro tiene la
intención de fortalecer nuestra fe hasta que Él vuelva.
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