La Biblia es el principal instrumento para conocer a Dios y su programa de salvación. Los católicos, a diferencia de otros grupos cristianos, no conocemos lo suficiente el Libro, que suele ser el más vendido y menos leído de la historia. Hay que cuidar el estudio de la Biblia, su comprensión y su interpretación, para no caer tampoco en el grueso error de darle a cada letra, cada expresión, cada versículo, un significado absolutamente literal. Tan malo es el desconocimiento de la Biblia como su aprendizaje mecánico. Este lunes arranca en Madrid un congreso sobre la Sagrada Escritura. Aunque, en realidad, se trata de un simposio sobre "una" Sagrada Escritura. En concreto, sobre la "versión oficial" de la Conferencia Episcopal. Por supuesto, los invitados y participantes no pertenecen al pueblo al que hay que entregar el Evangelio, sino a los -necesarios- mediadores que, en su mayoría (hablo de los participantes) responden a un perfil muy determinado. Una sola mujer entre los ponentes, y muy pocos padres (madres) de familia entre el auditorio. Y un espectacular silencio mediático. Hacia afuera de aquellos muros, el congreso sobre la Biblia de la CEE, no existe. ¿Existirá acaso la propia CEE? Muchas dudas para un lunes.
"Para medir la virtud de un hombre hay que hacerlo no en las grandes ocasiones, sino en la vida diaria" (Blaise Pascal)
baronrampante@hotmail.es
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