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viernes, 8 de abril de 2011

Liberación de todo tipo de hambre.

El triple pan para saciar el hambre de Dios, el hambre física y el hambre y sed de dignidad y justicia, debe estar dentro de los objetivos de lucha por acercar el Reino de Dios a los hombres. La iglesia tiene que caminar por el mundo en solidaridad con los más débiles e intentando saciar esta triple hambre. Además, cuando con sus propias fuerzas y medios no tenga los recursos suficientes para saciar a los que tienen hambre de pan, tampoco se puede limitar al intento de saciar el hambre de Dios. Aquí entraría el uso de su voz para que cambien las estructuras injustas del mundo, para que se rompan los graneros donde los acumuladores del mundo guardan más de lo que pueden gastar, para que el pueblo tenga alimento.

Sería entrar en la denuncia profética como medio de saciar el hambre de pan que hay que simultanearla con el alimento que sacie el hambre de Dios. La denuncia profética que clama por saciar el hambre de dignidad de los pueblos empobrecidos y oprimidos en nuestro aquí y nuestro ahora, los huérfanos, las viudas y los extranjeros como prototipos de los empobrecidos y abusados de nuestra historia presente.

Así, hay muchas claves para la búsqueda de la justicia en el mundo, muchas melodías, muchas voces, muchas acciones solidarias para combatir la triple hambre de la que estamos hablando. Claves que se deben entremezclar, asistenciales, éticas, de búsqueda de justicia, de solidaridad… Claves tendentes a la liberación del hambre de los despojados y excluidos del mundo.  Que sepamos orar el Padre Nuestro con ellos entendiendo lo que significa la petición “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. Quizás aquí podamos incluir todo tipo de pan. Hasta al propio Jesús como nuestro pan de vida, pero no nos olvidemos del pan que se necesita para alimentar el cuerpo y vivir en dignidad.

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